Cada día que pasa en
nuestra vida laboral vemos el sufrimiento, la desigualdad, la injusticia, la
falta de conciencia social, y mucha ignorancia no sólo de los que manejan el
sistema de salud sino también de nuestros pacientes a la hora de cumplir lo que
les aconsejamos para mejorar su Salud.
Los factores sociales
y económicos crean graves disparidades en la salud y en la calidad de vida de
las personas. La tasa de mortalidad infantil se ha incrementado aunque no se
disponen de cifras oficiales porque es mejor no informar, pero podríamos si
decir que poblaciones marginadas en otros lugares del que suelen decir primer
Mundo como los Estados Unidos, que tiene muchas deficiencias en Salud pero una
que no tiene es la falta de información y estadísticas; por ejemplo dice a
través del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, que su
población de raza negra aumentó su mortalidad infantil a casi el doble, de 14,1
frente a 6,9 muertes por cada 1.000 nacimientos. Y que quiero decir con esto?,
que si los que informan, mencionan estas escalofriantes cifras … los que no
informan que están ocultando?. Pero esto no es la única razón de las
desigualdades de atención dentro de un sistema de salud ineficiente en nuestra
América Latina, existen también factores que aumentan la demanda de atención de
pacientes dentro de este sistema de Salud que lo hacen zozobrar y exteriorizar
aún más su inutilidad.
La Organización
Mundial de la Salud que una niña nacida en Sierra Leona puede esperar vivir 36
años, frente a los 84 años por una niña nacida en Francia. Pero no nos alejemos
tanto, tenemos en nuestra América Latina Centros de Alta Complejidad que en
muchos casos cuentan con Fundación que intervienen personas todos os días realizándoles
complejos procedimientos para salvar sus vidas o para mejorar su calidad de
vida, pero al finalizar su internación hospitalaria, no cuentan con los medios para
comprar medicamentos imprescindibles para sobrevivir.
Les doy una primicia …
Enfermería está dentro de ese Sistema de Salud ineficiente y es parte
fundamental de él. Muchas veces ignoramos el contexto social de nuestros
pacientes o miramos para otro lado. Cada uno cuida su quintita y no nos hacemos
cargo de la porción de responsabilidad que tenemos; nuestra excusa favorita ¨no
es nuestra responsabilidad¨.
Hay quienes sostienen
que la justicia social es política, que la Enfermería debe ser apolítica pero
si observamos tan sólo algunos espacios en las redes sociales nos podemos dar
cuenta que ninguna de estas dos situaciones es real. Seguir diciendo esto es de
ingenuos, sordos, y miopes. Somos parte de un Mundo en el que se debe negociar
la distribución de los limitados recursos, medicamentos e insumos con los que trabajamos …
y eso es política. El problema es que muchos, no todos, los que simpatizan con
uno u otro gobierno, sólo se quedan con la propaganda política, o con la
manifestación verbal de simpatía hacia políticos que lo que menos recuerdan es
el ineficiente sistema de Salud, simplemente porque ellos tienen sueldos que
les permiten acceder a un sistema de salud para pocos.
Debemos participar
más y al menos hacer el intento de cambiar algo, aunque sea mínimo, porque
nadie se puede hacer el distraído de que lo que hasta ahora he mencionado
ocurre en toda nuestra América Latina.
Estamos en el siglo
XXI, para muchos un signo de progreso e informatización, de viajes
interplanetarios o de cirugías robóticas, pero nos olvidamos que seguimos en un
Mundo en donde la clase social, el género y la raza crean desigualdades en la
atención; en donde el parto es una condición que amenaza la vida de millones de
mujeres y una generación de niños ha quedado huérfanos a causa del SIDA, en donde
en todo momento la violencia de nuestras calles altera y destruye vidas, osea
enfermeros y enfermeras somos parte de una sociedad y además de un sistema de
Salud que si nos unimos podemos cambiar … y esto es hacer política en serio,
con nuestras diferencias y puntos de vista, pero con un objetivo en común …
mejorar este sistema de Salud.
No podemos ni debemos
seguir escondernos detrás de las historias clínicas o de un modelo médico
hegemónico porque todos somos miembros de un equipo de salud donde cada cual
cumple la función para la cual estudió y cada día incorpora conocimientos para
atender cada vez mejor a nuestros pacientes. En mi opinión y a la cual
seguramente algunos pueden estar de acuerdo y otros no, la justicia social
también es una responsabilidad del colectivo enfermería.
Nuestro trabajo es
cada vez mayor, nuestra obligación de estar actualizados es fundamental, porque
la atención de nuestros pacientes se vuelve cada vez más compleja. Esto no nos
exime de nuestro deber de prestar atención, actuar y exigir justicia. No es
suficiente con quedarse en la queja, la denuncia o la charla de café; debemos
ser parte del cambio desde nuestro lugar, en la forma en que educamos a las
nuevas generaciones de profesionales de enfermería, en las actividades de
difusión, en la elaboración de políticas, en incrementar las investigaciones y
su posterior publicación.
Este sistema de Salud
ineficiente por mil razones tiene profesionales de enfermería que después que
se recibieron nunca más leyeron un artículo de enfermería y mucho menos de
medicina, en algunos casos hasta desconocen los efectos secundarios de las
drogas que administran, amparándose en la frase ¨el médico me lo indicó¨, olvidándose
que también es su responsabilidad y que el médico también es un ser humano por
la cual también pude cometer un error. Los miembros del Colectivo Enfermería
deben asumir la responsabilidad de estar informado, no sólo acerca de la última
droga o el tratamiento basado en la evidencia, sino de violaciones de los derechos
humanos, de la realidad, del hambre, de la mortalidad infantil y del abuso.
La dicotomía de la
opresión y el privilegio está a la vuelta de la esquina. Debemos desarrollar
una conciencia social crítica dentro de la Enfermería que cuestione normas
sociales existentes, políticas de salud obsoletas, supuestos líderes de
enfermería que sólo quieren un título, un modelo médico hegemónico que perdura
por nuestra pasividad y que en muchos casos es parecido a un sistema de señores
feudales que poco se ocupan de la salud de sus pacientes ya que su único
propósito es engordar sus bolsillos; y por último aceptar desafíos para mejorar
de algún modo las condiciones injustas que rodean a gran parte de nuestros
pacientes.
Citamos siempre a
Florence Nightingale como una de nuestras referentes históricas pero creo que
no prestamos atención a lo que hizo. No fue una dulce Señora que sólo atendió
heridos en la Guerra de Crimea. Florence Nightingale utilizó su influencia para
abogar en favor de la educación de los soldados británicos y de los médicos
militares. A pesar de que las órdenes que recibió antes de ir a Crimea
limitaban sus competencias. En el peor momento de la guerra, se atrevió a
señalar, que la falta de experiencia práctica de muchos de los jóvenes
cirujanos y propuso que recibieran lecciones sobre patología y cuestiones
afines sin esperar a que finalizara el conflicto. De hecho, y como resultado de
su sugerencia, se instaló durante algún tiempo un laboratorio de patología en
Escutari. Su interés por la instrucción práctica en medicina iba a ser luego
compartida por la Comisión Real sobre sanidad en el Ejército Británico, que
hizo de esa instrucción una de sus cuatro áreas de estudio.
Benjamin Jowett, un
teólogo británico, le escribía a Florence Nightingale: ¨Usted despertó
sentimientos románticos en muchas personas hace 23 años, de regreso de Crimea
[…] pero ahora trabaja en silencio y nadie sabe cuántas vidas salvan sus
enfermeras en los hospitales, ni cuántos miles de soldados […] están vivos
gracias a su previsión y a su diligencia, ni cuántos indios de esta generación
y de las generaciones venideras habrán sido preservados del hambre y de la
opresión gracias a la energía de una dama enferma que apenas puede levantarse
de la cama. El mundo lo ignora o no piensa en ello. Pero yo lo sé y a menudo
pienso en ello (31 de diciembre de 1879).
Tenemos que ser más
insistentes en nuestra demanda de un mejor sistema de salud para todos. Tenemos
que mejorar nuestra comunicación aceptando nuestras diferencias de opinión, con
el objetivo de buscar objetivos comunes pensando en nuestros pacientes. Tenemos
que aumentar nuestras publicaciones científicas y nuestra presencia en
artículos de opinión. Tenemos y debemos incrementar nuestra actualización,
porque exigimos respeto y opinamos sobre tratamientos, pero en muchos casos la
última lectura que tuvimos de un tema relacionado con la salud fue el día que
nos recibimos. Muchas veces decimos que sin Enfermería no hay sistema de Salud,
y por otro lado vemos que el sistema de Salud no funciona como debería …
entonces?.
Soy un convencido que
podemos cambiar nuestros ineficientes sistemas de Salud. Soy un convencido que
tenemos profesionales enfermeros con capacidad suficiente como para disminuir
la mortalidad, para disminuir las complicaciones intrahospitalarias, para disminuir
la mortalidad infantil y como para cambiar la historia.
Finalmente me
pregunto y les pregunto: ¿Cuántas enfermeras y enfermeros existen hoy en día en
nuestra América Latina?. Imaginemos el rugido que podemos dar si al menos la
mitad de nosotros levantamos nuestras voces.
Lic. José A. Boggiano
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