4 de agosto de 2013

La Enfermería Latinoamericana y un Sistema de Salud en decadencia

Cada día que pasa en nuestra vida laboral vemos el sufrimiento, la desigualdad, la injusticia, la falta de conciencia social, y mucha ignorancia no sólo de los que manejan el sistema de salud sino también de nuestros pacientes a la hora de cumplir lo que les aconsejamos para mejorar su Salud.

Los factores sociales y económicos crean graves disparidades en la salud y en la calidad de vida de las personas. La tasa de mortalidad infantil se ha incrementado aunque no se disponen de cifras oficiales porque es mejor no informar, pero podríamos si decir que poblaciones marginadas en otros lugares del que suelen decir primer Mundo como los Estados Unidos, que tiene muchas deficiencias en Salud pero una que no tiene es la falta de información y estadísticas; por ejemplo dice a través del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, que su población de raza negra aumentó su mortalidad infantil a casi el doble, de 14,1 frente a 6,9 muertes por cada 1.000 nacimientos. Y que quiero decir con esto?, que si los que informan, mencionan estas escalofriantes cifras … los que no informan que están ocultando?. Pero esto no es la única razón de las desigualdades de atención dentro de un sistema de salud ineficiente en nuestra América Latina, existen también factores que aumentan la demanda de atención de pacientes dentro de este sistema de Salud que lo hacen zozobrar y exteriorizar aún más su inutilidad.

La Organización Mundial de la Salud que una niña nacida en Sierra Leona puede esperar vivir 36 años, frente a los 84 años por una niña nacida en Francia. Pero no nos alejemos tanto, tenemos en nuestra América Latina Centros de Alta Complejidad que en muchos casos cuentan con Fundación que intervienen personas todos os días realizándoles complejos procedimientos para salvar sus vidas o para mejorar su calidad de vida, pero al finalizar su internación hospitalaria, no cuentan con los medios para comprar medicamentos imprescindibles para sobrevivir.

Les doy una primicia … Enfermería está dentro de ese Sistema de Salud ineficiente y es parte fundamental de él. Muchas veces ignoramos el contexto social de nuestros pacientes o miramos para otro lado. Cada uno cuida su quintita y no nos hacemos cargo de la porción de responsabilidad que tenemos; nuestra excusa favorita ¨no es nuestra responsabilidad¨.

Hay quienes sostienen que la justicia social es política, que la Enfermería debe ser apolítica pero si observamos tan sólo algunos espacios en las redes sociales nos podemos dar cuenta que ninguna de estas dos situaciones es real. Seguir diciendo esto es de ingenuos, sordos, y miopes. Somos parte de un Mundo en el que se debe negociar la distribución de los limitados recursos,  medicamentos e insumos con los que trabajamos … y eso es política. El problema es que muchos, no todos, los que simpatizan con uno u otro gobierno, sólo se quedan con la propaganda política, o con la manifestación verbal de simpatía hacia políticos que lo que menos recuerdan es el ineficiente sistema de Salud, simplemente porque ellos tienen sueldos que les permiten acceder a un sistema de salud para pocos.

Debemos participar más y al menos hacer el intento de cambiar algo, aunque sea mínimo, porque nadie se puede hacer el distraído de que lo que hasta ahora he mencionado ocurre en toda nuestra América Latina.

Estamos en el siglo XXI, para muchos un signo de progreso e informatización, de viajes interplanetarios o de cirugías robóticas, pero nos olvidamos que seguimos en un Mundo en donde la clase social, el género y la raza crean desigualdades en la atención; en donde el parto es una condición que amenaza la vida de millones de mujeres y una generación de niños ha quedado huérfanos a causa del SIDA, en donde en todo momento la violencia de nuestras calles altera y destruye vidas, osea enfermeros y enfermeras somos parte de una sociedad y además de un sistema de Salud que si nos unimos podemos cambiar … y esto es hacer política en serio, con nuestras diferencias y puntos de vista, pero con un objetivo en común … mejorar este sistema de Salud.

No podemos ni debemos seguir escondernos detrás de las historias clínicas o de un modelo médico hegemónico porque todos somos miembros de un equipo de salud donde cada cual cumple la función para la cual estudió y cada día incorpora conocimientos para atender cada vez mejor a nuestros pacientes. En mi opinión y a la cual seguramente algunos pueden estar de acuerdo y otros no, la justicia social también es una responsabilidad del colectivo enfermería.

Nuestro trabajo es cada vez mayor, nuestra obligación de estar actualizados es fundamental, porque la atención de nuestros pacientes se vuelve cada vez más compleja. Esto no nos exime de nuestro deber de prestar atención, actuar y exigir justicia. No es suficiente con quedarse en la queja, la denuncia o la charla de café; debemos ser parte del cambio desde nuestro lugar, en la forma en que educamos a las nuevas generaciones de profesionales de enfermería, en las actividades de difusión, en la elaboración de políticas, en incrementar las investigaciones y su posterior publicación.

Este sistema de Salud ineficiente por mil razones tiene profesionales de enfermería que después que se recibieron nunca más leyeron un artículo de enfermería y mucho menos de medicina, en algunos casos hasta desconocen los efectos secundarios de las drogas que administran, amparándose en la frase ¨el médico me lo indicó¨, olvidándose que también es su responsabilidad y que el médico también es un ser humano por la cual también pude cometer un error. Los miembros del Colectivo Enfermería deben asumir la responsabilidad de estar informado, no sólo acerca de la última droga o el tratamiento basado en la evidencia, sino de violaciones de los derechos humanos, de la realidad, del hambre, de la mortalidad infantil y del abuso.

La dicotomía de la opresión y el privilegio está a la vuelta de la esquina. Debemos desarrollar una conciencia social crítica dentro de la Enfermería que cuestione normas sociales existentes, políticas de salud obsoletas, supuestos líderes de enfermería que sólo quieren un título, un modelo médico hegemónico que perdura por nuestra pasividad y que en muchos casos es parecido a un sistema de señores feudales que poco se ocupan de la salud de sus pacientes ya que su único propósito es engordar sus bolsillos; y por último aceptar desafíos para mejorar de algún modo las condiciones injustas que rodean a gran parte de nuestros pacientes.

Citamos siempre a Florence Nightingale como una de nuestras referentes históricas pero creo que no prestamos atención a lo que hizo. No fue una dulce Señora que sólo atendió heridos en la Guerra de Crimea. Florence Nightingale utilizó su influencia para abogar en favor de la educación de los soldados británicos y de los médicos militares. A pesar de que las órdenes que recibió antes de ir a Crimea limitaban sus competencias. En el peor momento de la guerra, se atrevió a señalar, que la falta de experiencia práctica de muchos de los jóvenes cirujanos y propuso que recibieran lecciones sobre patología y cuestiones afines sin esperar a que finalizara el conflicto. De hecho, y como resultado de su sugerencia, se instaló durante algún tiempo un laboratorio de patología en Escutari. Su interés por la instrucción práctica en medicina iba a ser luego compartida por la Comisión Real sobre sanidad en el Ejército Británico, que hizo de esa instrucción una de sus cuatro áreas de estudio.

Benjamin Jowett, un teólogo británico, le escribía a Florence Nightingale: ¨Usted despertó sentimientos románticos en muchas personas hace 23 años, de regreso de Crimea […] pero ahora trabaja en silencio y nadie sabe cuántas vidas salvan sus enfermeras en los hospitales, ni cuántos miles de soldados […] están vivos gracias a su previsión y a su diligencia, ni cuántos indios de esta generación y de las generaciones venideras habrán sido preservados del hambre y de la opresión gracias a la energía de una dama enferma que apenas puede levantarse de la cama. El mundo lo ignora o no piensa en ello. Pero yo lo sé y a menudo pienso en ello (31 de diciembre de 1879).

Tenemos que ser más insistentes en nuestra demanda de un mejor sistema de salud para todos. Tenemos que mejorar nuestra comunicación aceptando nuestras diferencias de opinión, con el objetivo de buscar objetivos comunes pensando en nuestros pacientes. Tenemos que aumentar nuestras publicaciones científicas y nuestra presencia en artículos de opinión. Tenemos y debemos incrementar nuestra actualización, porque exigimos respeto y opinamos sobre tratamientos, pero en muchos casos la última lectura que tuvimos de un tema relacionado con la salud fue el día que nos recibimos. Muchas veces decimos que sin Enfermería no hay sistema de Salud, y por otro lado vemos que el sistema de Salud no funciona como debería … entonces?.

Soy un convencido que podemos cambiar nuestros ineficientes sistemas de Salud. Soy un convencido que tenemos profesionales enfermeros con capacidad suficiente como para disminuir la mortalidad, para disminuir las complicaciones intrahospitalarias, para disminuir la mortalidad infantil y como para cambiar la historia.

Finalmente me pregunto y les pregunto: ¿Cuántas enfermeras y enfermeros existen hoy en día en nuestra América Latina?. Imaginemos el rugido que podemos dar si al menos la mitad de nosotros levantamos nuestras voces.


Lic. José A. Boggiano

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